El compromiso con el miedo

¿Compromiso con el miedo?

Pues sí, estuve analizando algunos casos.

1. Tengo un amigo que estaba por casarse con una chica: profesional, trabajadora, de su edad, buena persona. Lo único que los diferencia es la religión: él, católico; ella,de familia evangélica. Sí, su familia. Ella al parecer, no practica la religión de su familia al 100%, si existen los católicos a medias o los llamados no practicantes, al parecer existen también los evangélicos no practicantes (nunca lo creí posible, pero al parecer este es el caso). El meollo del asunto es que mi amigo en cuestión es creyente católico, con alto conocimiento del asunto. Yo creo que cuando uno se va a casar es un asunto de dos, es decir, si te casas por civil y religioso o solo por civil, es algo que decide la pareja. Al parecer aún existe la presión familiar, al menos omnipresente como para que ella le proponga casarse por su religión a él, el muchachón en cuestión no se hizo problemas mientras no traten de "convertirlo", pues sí. Bueno, las cosas no han salido como él esperaba, la presión se abrió campo en pleno siglo XXI y como no ha accedido a "el cambio", el compromiso se detuvo. Ella no admite solo civil, por su familia debe casarse por religioso. Por su familia... Me suena raro eso de la familia en estos tiempos... Uno decide solo con la pareja, pero en fin... cosa de cada quien.

2. Tengo otro amigo, recuerdo que pidió la mano en el 2007, y me dijo, "el año que viene pido la mano formalmente a los padres y me caso en el 2010..." y alucinen vamos comenzando el 2013 y no ha habido casorio... yo que ella, lo boto... yo que ambos rompo todo el compromiso. No creo en los compromisos largos ni demasiado cortos, como en el caso 1... sí considero que existen plazos para... cada etapa... Y creo que a este amigo ya el plazo razonable se está loqueando. Y él sigue en planes de casarse pero ya por un asunto de "compromiso con la familia", con los amigos, con el tiempo que llevan juntos... pero dudo que por amor.

Sí, pues en estos tiempos existe gente que se compromete más con sus miedos que con sus convicciones.

En el caso 1: Yo lo consideraría más, siendo mi amigo, si ella fuera fiel a sus creencias, si es que ella es la que quiere casarse de tal o cual forma porque ella quiere, no porque la familia lo imponga.

En el caso 2: De ser mi amigo, intento reciclar el amor porque eso de llegar al altar sin convicción amorosa, carece de valor real.

Al parecer el compromiso con el miedo puede llevarte también a casarte con el miedo y no vivir el placentero valor del amor de pareja.

El miedo debe erradicarse dentro del compromiso y de una relación en pro de una convivencia armoniosa, amorosa, pero sobre todo real. El miedo no puede ser la razón ni convertirse en el centro del por qué realizamos tal o cual cosa, menos un matrimonio o formar una familia. Sí sé que se dice fácil, sí sé que dar el primer paso es difícil pero hay que convertirlo en un matra que repetir, irse convenciendo y hacerlo efectivo.

Una persona muy cercana a mí, se ha negado por años a casarse con toda la parafernalia con la que me casé yo, primero porque le daba miedo pensar que su pareja no quisiera casarse, y luego (y esto se volvió real) porque está priorizando su depa y comprar sus cosillas de casada y sus estudios... chévere... la familia ha empezado a joder con eso de las celebraciones, pero ella ya cuadró a la gente y ha advertido que solo les avisará cuando se consuma el acto para que compartan su felicidad que solo han planeado invitar a la familia nuclear, a nadie más... muecas más, muecas menos pero... yo le digo: Igual critican, que si no invitaste a la tía fulana o al tío mengano (a quienes nunca ves, ni te visitan, ni los tienes en facebook)... que si faltó esto, aquello... pues sí, coincido... Además sé perfectamente... que no se casa con toda la parafernalia, no solo por invertir en sus cosillas de casados, sino porque si lo hiciera, sería con la parafernalia a la N... así que mejor...ahí que quede.

Suerte a los que reconocen sus miedos a tiempos y los enfrentan para abrir paso a su felicidad plena.

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