Los días de "Andrés"..
Ya no quisiera que me visite porque en su lugar vendría una mejor, agradable, esperada y sobre todo deseada visita cuyo género no tendría mayor importancia porque sería igualmente bienvenido. El caso es que Andrés sigue viniendo y lo recibo como cada mes, con fastidio, con dolor, con algo de penita pero sobre todo con esperanza porque su existencia regular hace que siga existiendo la posibilidad.
Esta síntesis que parece irracional es válida y real, pues la vida está llena de eso, de quereres - odiados, de buenos - maleados, de malos - bueneados... de blancos - agriseados... la fuerza de los opuestos que se confluyen y funden una realidad tangible.
A mis 35 con cero hijos, cero pérdidas, cero abortos... cual Censo o entrevista con cualquier ginecóloga; puede resultar algo alarmista y tensionante el desear que venga alguien diferente de Andrés para variar; y sí lo es a veces, pero más cuando mi mamá me sale con el "Ay, esperaba que este mes..." y yo, "paciencia, si ha de venir, vendrá".
Me ha costado mucho recuperar la cordura y con ello mi matrimonio y mi vida; retormar el rumbo extraviado y vuelto al sendero correcto con la compañía perfecta, costó mucho, mucho, mucho; por ende, es oportuno el disfrutarlo de a pocos, con algo de miel y algarrobina si se puede.
Nosotros pensamos, que si es de Dios, que venga alguien a agrandar nuestra familia; esperar con paciencia y amor, nada de prisas; mientras tanto disfrutamos uno del otro, del ir al cine, de caminar, de ver "Los exitosos Gomes", de conversar respecto al presente y al futuro, de ir a bailar, de salir a tomar un café, de las cenas de sábado por la noche, de dormir abrazados, de calentar mis pies con los suyos, de pasear tomados de la mano... y otras cosas más que compartimos día a día.
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=)
Por cierto soy hijo único de madre soltera.
Un saludo amiga.