Por fin algo bueno

Dios aprieta pero no ahorca, bien dice el refrán.

Dios, sé que he renegado mucho últimamente contigo, he evitado blasfemar o maldecir, pero me estuve quejando de mi suerte que hasta el momento se veía obscura. Sé que evité hablar contigo largo y tendido, pero más por miedo de decir tonterías que te molesten que porque quisiera decirlas. Pero, no me negarás que en medio de mi angustia y desesperación, en el fondito, en el fondito, algunas breves palabras de súplica te hacía llegar. ¿Sabes qué? Gracias por escucharlas.

Gracias porque al fin veo una lucecita, pequeña, lejana pero esperanzadora y por ahora eso es suficiente para mí.

Gracias Dios por no ahorcarme, gracias por apretarme.

Comentarios

aapayés ha dicho que…
Muy buena reflexión..

Un gusto leerte..

Un abrazo
Saludos fraternos..

Que la semana que comienza, sea de las mejores.. mis mejores deseos..

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