Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2011

Por qué tiene que ser difícil?

Esa fue la pregunta de una exalumna mía muy querida puso en facebook y de la nada y en automático respondí: "porque sino fuera así, no valdría la pena". Me salió de la nada o tal vez desde el fondo, no lo sé. Lo que sí sé es que salió y pude comprender tu mensaje, Señor. Que cueste para que valga, que me esfuerce para valorarlo, que lo intente todo para demostrate que realmente lo quiero. Lo entendí, hoy, con solo responderle una simple pregunta. No será fácil, renegaré, me sentiré frustrada y hasta desesperanzada o falta de fe, tal vez hasta reniegue de ti y de tu misión para mí cuando el dolor llegue a lo más doloroso; pero sé que sabes que como humana soy tan imperfecta y torpe, sé que me perdonarás. Sabes que te buscaré siempre al final, en mi penar, en mi agonía dolorosa y te pediré perdón cuando aprenda a vivir con el dolor, cuando comprenda lo que me has deparado. Solo te ruego, tengas piedad de mí, de él; y danos fuerzas para todo lo que venga.

Todo en contra...

Cuando se cree que las peores barreras se han pasado con paciente espera, resulta que aparecen otras más graves, más difíciles y más imposibles. Conversando con otras mujeres en la misma situación, coincidimos en cómo no metimos la pata y al menos tener un hijo ahora. Lo que hace más de 10 años parecía una ofensa a Dios y alimentar la comidilla familiar; ahora parece ser que hubiese resultado la mejor opción para nosotras. Arrepentidas de haber logrado carrera, prestigio, posición económica... Qué irónica puede ser la vida cuando se propone restregarnos en la cara que no tenemos control sobre nada, menos sobre nuestras vidas. Ahora, luego de mis últimos exámenes veo todo más lejos, más imposible y más penoso. Qué posibilidades tengo de que el procedimiento funcione con esos resultados? Ninguna. Me llena de pena, no el gasto económico inútil sino el gasto emocional tan grande que he invertido en todo esto. Todo es tan lamentable. Dios, dame una señal, un camino, una luz... Te su

Gracias por la señal, mi Señor

Cuando deseas algo como nosotros lo deseamos, necesitamos algo pequeño que al menos nos indique que vamos por buen camino. Eso ha pasado. Desde que inicié mi viaje a Lima, me sentí cuidada por Dios... Pasé cosas muy simpáticas por no decir complicadas pero solo con Él y gracias a Él pude salir airosa y sentirme tranquila. Por lo demás, el viaje y el esfuerzo que hemos venido realizando con mi esposo precioso están dando sus primeros frutos: gratos y dulces. Vemos la luz al final del túnel y eso nos llena de alegría, fe y esperanza... Mucha, mucha fe. La necesitamos pues lo que queda es solo paciencia. Gracias, Dios por tu infinita misericordia.