Dos semanas de vuelta...
Retornar no siempre significa volver a lo mismo...se vuelve al mismo lugar pero ya no con la misma gente o con la misma gente pero no de la misma manera... siempre algo cambia o hace la diferencia. Lo único que me decepciona es ver que la mentalidad de la mayoría (99%) de la gente con la que trabajo no cambia.
Afortunadamente, en mi vida real conozco gente que es muy valiosa y le gusta marcar la diferencia, y eso desde ya crea otras o provoca otras diferencias... afortudamente, en mi trabajo existe gente que lo hace desde su aula (1%), me precio de encontrarme aún en ese 1%, pero sé que se me están extinguiendo las ganas, el ímpetu, la fuerza y, en buena parte, "culparé a la vaca" (vaca = alumnos)... debo admitir que en este retorno mío, no encuentro la motivación de concientizarlos, de hacerlos meditar, de pensar que pueden cambiar... ya no quiero arar en el desierto, pierdo energías, ganas y vida que no me sobran y que necesito demasiado en estos instantes... siento que cada aliento mío lo necesito para seguir viva, para encontrar mi camino, para alcanzar mis sueños y, si Dios me ayuda, alcanzar la felicidad...
Existen varios motivos que quitan fuerza, que quitan ganas, que matan sueños, que te expulsan del positivismo y te hunden en la resignación de simplemente aceptar que hay gente que no cambia y que lamentablemente siempre serán así.
Por otro lado, el que gusto disfrutar, es el de mis amistades: enterarme de que ganan premios, que ganan becas, que ganan cursos, que aprenden más, que se desarrollan, que esperan hijos, que se van a casar... que me comprometen a estar ahí, en esas metas logradas me llenan de felicidad... me alegra compartir con ellos mis momentos felices y que sentimos alegría por lo que nos sucede... eso se siente rico, se siente sano, eso construye... construye sueños, amplia metas, crea nuevos caminos, crea esperanza y te impulsa a ser feliz... siempre en la medida justa... sin tanta alharaca, sin tanta pompa falsa, sin la doblez de lo dicho y no actuado... la felicidad como un calorcito rico en el corazón, que cobija y acompaña... ¿rico, no?
Afortunadamente, en mi vida real conozco gente que es muy valiosa y le gusta marcar la diferencia, y eso desde ya crea otras o provoca otras diferencias... afortudamente, en mi trabajo existe gente que lo hace desde su aula (1%), me precio de encontrarme aún en ese 1%, pero sé que se me están extinguiendo las ganas, el ímpetu, la fuerza y, en buena parte, "culparé a la vaca" (vaca = alumnos)... debo admitir que en este retorno mío, no encuentro la motivación de concientizarlos, de hacerlos meditar, de pensar que pueden cambiar... ya no quiero arar en el desierto, pierdo energías, ganas y vida que no me sobran y que necesito demasiado en estos instantes... siento que cada aliento mío lo necesito para seguir viva, para encontrar mi camino, para alcanzar mis sueños y, si Dios me ayuda, alcanzar la felicidad...
Existen varios motivos que quitan fuerza, que quitan ganas, que matan sueños, que te expulsan del positivismo y te hunden en la resignación de simplemente aceptar que hay gente que no cambia y que lamentablemente siempre serán así.
Por otro lado, el que gusto disfrutar, es el de mis amistades: enterarme de que ganan premios, que ganan becas, que ganan cursos, que aprenden más, que se desarrollan, que esperan hijos, que se van a casar... que me comprometen a estar ahí, en esas metas logradas me llenan de felicidad... me alegra compartir con ellos mis momentos felices y que sentimos alegría por lo que nos sucede... eso se siente rico, se siente sano, eso construye... construye sueños, amplia metas, crea nuevos caminos, crea esperanza y te impulsa a ser feliz... siempre en la medida justa... sin tanta alharaca, sin tanta pompa falsa, sin la doblez de lo dicho y no actuado... la felicidad como un calorcito rico en el corazón, que cobija y acompaña... ¿rico, no?
Comentarios
Marìa Nelly
Un abrazo
Saludos fraternos..
Que tengas una muy buena semana...
Yared, más que los alumnos es la gente con quien trabajas la que desmotiva.
Bueno, esa desmotivación que sientes se refleja también entre quienes no quieren tener descendencia ni vida familiar, entre los profesores de Estudios Generales, entre los abogados en relación a sus oficinas, en fin; creo que algunos humanos estamos disfrutando muy peligrosamente de la soledad. Yo aún no me he aparatado del todo, últimamente me han dado ganas de ser consejero estudiantil, pero eso me pasa por ver una serie ambientada en 1980.
En cuanto a lo de los amigos, no sé. Todo este año me la he pasado lo suficientemente insatisfecho como para no alegrarme por los demás, algo que me lleva a formularme unas preguntas importantes...